Agosto. Jueves. Las cinco y diez minutos de la tarde, sin planes a la vista y con un ataque consumista repentino. Esta vez no tenía un libro entre las manos ni cerca tampoco y no me apetecía levantarme del sofá, ¿qué hacer? Encender el portátil y buscar en las páginas web de moda las últimas novedades. Ya está. Tecleé: Zara. El buscador me llevó hasta su web y yo seleccioné la sección deportiva (como GYMWEAR la califican en su índice de contenidos). A cuadros.
No, no, un diseño a cuadros la ropa no presentaba, más bien tiraba a las rejillas. De hecho, la ropa no era de mi estilo y, desde mi punto de vista, ya no solo no fallaba la colección por lo poco favorecedora que era si no por su nula utilidad. ¿Desde cuándo me voy a poner un pantalón transparente y debajo unas mallas negras para entrenar glúteo y femoral, por ejemplo, en el gimnasio? O sea, que si no quiero que el de enfrente me vea como llegué a este mundo mientras estoy haciendo una sentadilla o una elevación de cadera, pongamos por caso, tendré que cubrir mis piernas con tejido negro compuesto por un 96% de poliamida y un 4% de elastano.
Como se aprecia en la imagen los pantalones (shorts según Zara) son un diseño único e inigualable. Pero no se piensen que la cosa queda ahí. También dentro de esta sección deportiva hay una parte dedicada al ballet. Yo creo que cuando crearon este espacio dijeron:
-De perdidos, al río.
Por otra parte imagínense que yo me compro estos pantalones para hacer deporte. Si salgo a correr, si voy a la sala de pesas para entrenar o si me da por iniciarme en kárate…¿alguien me explica qué debo hacer para no tropezarme? Ante todo esta colección piensa en lo práctico. A la vista está. A estas alturas de la lectura ya entenderá por qué lo que estaba a cuadros era mi cara.
Además, ¿cómo iba a hacer deporte o a practicar una disciplina como es el ballet si mi forma física fuese como la de la modelo de cada una de las fotos?
Luego nos sorprendemos de los numerosos casos de trastornos de la conducta alimentaria. ¿Alguien me explica cómo una ¨modelo¨, y encima de una línea deportiva, tiene una cintura cuya medida es similar al diámetro de una lata de cualquier refresco de 33 centilitros? Por no decir que sus brazos no llegan a tener el volumen de un palo de una escoba (y su largura esperemos que tampoco porque si no vaya desproporción). Pero, ¿tiene ella la culpa? Quizás si no estuviese atrapada en una sociedad donde las ¨modelos¨ que se reclaman tienen que poseer las mismas características de una Barbie…pero lo más llamativo es que hasta una Barbie es menos bicho palo.
Y ya que estamos hablando de modelos, busquemos la definición en el DLE (sí, sí DLE, esto es, Diccionario de la Lengua Española. No vuelvan a poner ustedes DRAE. Si no me creen, investíguenlo, pero yo les he advertido): persona que se ocupa de exhibir diseños de moda. He ahí la décima acepción. Sin embargo, en la primera acepción se lee: arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo. ¡Estupendo! Fíjese, ¿qué ideal de belleza pueden tener en su cabeza las pobres criaturas adolescentes (y no tanto)? Y esto sin olvidarnos las estúpidas modas que se renuevan anualmente. Este año ha tocado (ni que fuese el gordo de Navidad) lo que van a leer a continuación:
http://www.elcomercio.com/afull/abcrack-salud-aspectofisico-redessociales-internet.html
Ni que decir tiene lo estúpida que es esta tendencia y que para conseguir un cuerpo tonificado y con unos músculos desarrollados hay que llevar a cabo algo muy simple: cuidar la alimentación, practicar ejercicio físico (tanto cardiovascular como anaeróbico) regularmente y no obsesionarse. Estar bien psicológicamente también es muy necesario.
Por otro lado está el dilema de las tallas. Porque no es lo mismo señores la 34 de Berhska, que la 34 de United the Colors of Benetton, que la 34 de Perico el de los Palotes. No. Y claro, dile tú a una persona anoréxica que en Zara tiene la 32 pero que en Pull and Bear (todo esto son ejemplos ficticios, ya que es más fácil poner nombres de cadenas conocidas que no X, Y, Z. quiero decir que no muestro las equivalencias reales de las diferencias entre el tallaje presentan las tiendas) es la 34. Ya tenemos el disgusto del siglo. Lo mismo sería más sencillo emplear un patrón universal para poner las tallas. Encima, si mi cuerpo oscila entre la 34, la XS, la S y en contadas ocasiones la 36 y la XXS, y la mayoría de las veces tengo que ir a un modista porque mis proporciones de cintura y cadera existen (que sí, que sí, que una cintura, en general, no es igual de ancha que la cadera [y seguro que a algunos diseñadores les estoy descubriendo lo que Colón creía que eran las Indias el 12 de octubre de 1492. De nada]) pues me es imposible comprar por Internet.
Total, que entre unas cosas y otras se me pasaron rápido las ansias consumistas y decidí que era buena hora para merendar.
Resumiendo, me gustaría comenzar a ver cuerpos reales en las revistas de moda, en los maniquíes de las tiendas, en los carteles de las paradas de autobuses…en definitiva, en la publicidad. Afortunadamente no todas las cadenas de ropa siguen estos estándares y algunas sí que muestran personas con un físico saludable. Gracias.
No estoy solicitando cuerpos ahora conocidos como ¨fofisano¨, ¨gordibueno¨ (persona que engendraste estos términos, ¿mucho tiempo libre? Lo digo porque después de ¨juernes¨ y ¨veroño¨ era lo que nos faltaba. Como Nebrija levantase la cabeza…) o las tallas XXL. Es urgente reconocer a cuerpos normales, con un estado de salud óptimo y, por qué no, si buscas patentar una línea deportiva, contratar modelos cuyos cuerpos se adecúen a la silueta de una persona activa físicamente o de un atleta.
Un cuerpo enfermo, desequilibrado, artificial (y dañino para la persona que está atrapada en él)… ¿y si pasamos página? Porque tan malo es un extremo como otro. Tan enfermo está un cuerpo en los huesos como otro con obesidad. ¿Por qué la moda no se ciñe a otros calificativos como: sano, equilibrado, real? Este último cuerpo es el que yo reclamo.
B.