¡Hola a todos! Continúo con Alejandro Casona. Esta es la segunda parte y la anterior la podéis recordar aquí Alejandro Casona (I parte).

Tras ser nombrado director del “teatro ambulante” (este «teatro ambulante» se encontraba dentro del proyecto llevado a cabo por las Misiones Pedagógicas), él decide que con su labor ha de seguir enseñando al pueblo. Claro, esta forma de enseñar no era en un aula, sino más bien a través del teatro. Como vemos, siempre tiene presente Casona esa vocación por la docencia. Un poco más tarde, en 1936, marcha al exilio. Tras pasar por algunos países, se instala en Buenos Aires (Argentina) y allí permanece hasta su primer regreso a España en el año 1962. En Buenos Aires se convierte en miembro de la Sociedad General de Autores Argentinos y las obras que estrena en Argentina cosechan grandes éxitos. Es más, sus obras más características las estrena en el exilio (García Ruiz, 2013).

En todas sus obras queda clara una cosa: nunca olvidó a la tierra en la que nació, Asturias. Muchas de sus obras están ambientadas en esa zona de España y bastantes de sus símbolos proceden del mundo de la naturaleza y de las tradiciones. Sin duda, sus raíces las lleva consigo y las plasma en su teatro.

Pensar en Casona no solo es evocar la tierra astur, pues la obra de Casona implica fantasía, es decir, la mezcla de la realidad con la irrealidad, la confusión entre dos mundos. Tampoco son pocos los críticos que, tras estudiar esto, coinciden en que mediante esa fantasía trata de buscar un fin moralista (Boccasile, 1968, p. 84). Entonces, nunca deja de lado esa profesión de maestro.  En sus obras siempre aparece un elemento pedagógico. Por otra parte, se ha sugerido que sus obras no se preocupan por los problemas de la sociedad de su tiempo, en cambio, esto no ha sido así (Lebredo, 1985). Sí que existe una preocupación social, concretamente por los problemas que han afectado y afectan a los seres humanos de todas las épocas. Por ejemplo, critica el materialismo, pero también el egoísmo y la sociedad deshumanizada. Por tanto, su obra se enmarca dentro de lo universal pues su obra ha de defender valores fundamentales para los individuos. Por ello, Casona no consideraba que las personas hubiesen de valorarse en función de su clase social ya que todos tenemos valor por nosotros mismos. No toleraba que una parte de la población se enriqueciese a costa de aprovecharse de la otra o que, incluso, se enriqueciesen gracias al comercio con la vida de otros (Lebredo, 1985). En definitiva, apostaba porque el hombre conectase con su esencia humana y llenase ese vacío materialista y, a la vez, inhumano que lo estaba corrompiendo cada vez más.

Claro que, alguno puede pensar llegado a este punto: ¿era un señor muy pesimista? La verdad es que no, pues ni siquiera lo es su forma de ver la muerte. Esa que a todos nos va a llegar y que parece, no obstante, que hay que evitar a toda costa mencionar el desenlace que cada una de nuestras vidas va a tener. Quizás si recordásemos más esto, a lo mejor viviríamos de otra manera. Pero antes de seguir escribiendo mis pensamientos, continuamos con Casona que de eso va el artículo. Casona se acerca a la muerte en sus obras de una manera optimista y siempre el amor nos “salva” de ella (Boccasile, 1968, p. 65). La muerte suele aparecer cmo una joven bella, majestuosa. Pero también la luna puede augurar la muerte, lo mismo que sucede en el universo lorquiano, sin embargo, esa luna puede transformarse en resurrección (Boccasile, 1968). Y este optimismo, ¿estaría presente en su vida? ¡Sin duda! Mirad las declaraciones que un día hizo Pablo Cobos tras entrevistar a Casona: “dice que él es optimista porque el optimismo es juventud y porque juventud y optimismo es (sic.) contagioso)” (Boccasile, 1968, p. 61). ¿Qué te parece?

¡Hasta la próxima! Un saludo,

En Español – B. Riesco©

REFERENCIAS

Boccasile, M. (1968). “Casona y Lorca: el tema de la muerte”. Tesis del máster en Artes. Departamento de lenguas extranjeras de Fresno State College

García Ruiz, V. (2013). “Pedro Salinas, Alejandro Casona y Víctor Ruiz Iriarte: el exilio y la comedia”, pp. 145-155 en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. España: Alicante

Lebredo, R. (1985). “Apuntes sobre la crítica social en el teatro de Alejandro Casona” en Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, nº 115, pp. 653-658

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