¡Hola a todos! Espero que estéis fenomenal. Como veis, la entrada se va a publicar un jueves. Por el momento, este será el nuevo día de publicación de entradas en el blog, aunque aún estoy decidiendo si en algún momento haré publicaciones otro día de la semana.

En primer lugar vamos a diferenciar el sexo del género. Queridos amigos, vamos a empezar por lo elemental. Biológicamente puedes ser dos cosas si eres un ser humano: de sexo masculino (cromosomas sexuales X e Y) y de sexo femenino (cromosomas sexuales Y Y). Espero que no haga falta definir los caracteres sexuales secundarios de cada uno de los sexos. Creo que un niño de unos 11 años los estudia en el colegio. Bueno, al menos eso me pasó a mí cuando tenía 11 años, ahora no sé muy bien cómo está el panorama. Quizás ahora se estudian las características afectivo-sexuales de un sujeto de sexo masculino que se siente un 50% del tiempo Peter Pan y otro 50% del tiempo se siente champiñón. Para los despistados, este tipo de cuestiones se está discutiendo actualmente en mi país de origen, España. Sí, respirad hondo y continuad leyendo. Bueno, en realidad la explicación de lo que es el sexo biológico acaba aquí. Ahora bien, ¿qué es el género? El género es una categoría gramatical y este puede ser masculino o femenino, sin que eso significa que una palabra tiene sexo. Pongamos un ejemplo:

«La mesa«. Mesa es un sustantivo cuyo género inherente es el femenino. ¿Qué quiere decir género inherente? Que ese género le viene asignado al sustantivo y no lo podemos cambiar. Las palabras que lo acompañan (como el determinante la) adoptan el género del sustantivo «mesa» para concordar con él en género (femenino) y número (singular).

Entonces, mesa es un sustantivo femenino. Eso no significa que una mesa pertenezca al género femenino ni que una mesa tenga los mismos atributos sexuales que una mujer. ¿Hasta aquí bien?

¡Excelente! Por tanto, en español solo existen dos géneros: masculino y femenino. No hay género neutro. El género neutro se lo dejamos a lenguas como el latín, ¿de acuerdo? Hay alguna excepción en español como el pronombre «lo». Pero excepto eso, no hay más. Solos dos géneros: masculino y femenino.

Pues bien, algunos sustantivos (los que se refieren a animales y personas) pueden cambiar de género con los morfemas flexivos. En otra publicación hablé de los morfemas flexivos; pero para simplificar:

Niño, médico, profesor

Niña, médica, profesora

La -o es un morfema flexivo que me indica género masculino y la -a me indica que es género masculino. Sin embargo, en algunas ocasiones tan solo cambia el determinante pero no la palabra; por ejemplo, el cantante (male singer) y la cantante (female singer).

Jirafa se escribe de la misma manera en femenino y en masculino. Por el momento, las jirafas no están en huelga por esta inexistente (pero aparente para algunos grupos) discriminación lingüística. Jirafa pertenece a los sustantivos epicenos, es decir, aquellos que no cambian su terminación para masculino y femenino, pues tienen la misma terminación para ambos géneros.

Como iba diciendo, cuando tenemos un grupo de niños y niñas, decimos «niños«. ¿Por qué? Porque la -o en este caso es un morfema flexivo de género no marcado. Por favor, aprended el término: género no marcado. Es decir, mediante una convención se ha establecido que esa -o indica un plural que agrupa a niños y a niñas.

Y todo estaba bien. Todo estaba bien hasta el momento en el que los políticos no saben cómo dividir más a la sociedad y empiezan a comentar que las lenguas son machistas. Pongamos un ejemplo sobre cómo ser machista con la lengua:

Ninguna conductora conduce bien.

(No female driver drives properly).

Aquí sí me refiero a las conductoras con el morfema flexivo femenino. Me estoy refiriendo específicamente a ellas, a todas las mujeres que conducen. Sin embargo, estoy haciendo un comentario muy machista y despectivo hacia un grupo de la sociedad. Aquí sí.

Ahora bien, si digo:

Los niños se han portado muy bien hoy.

(Children have behaved very good today).

Aquí me refiero a niños y niñas. No estoy siendo machista con la lengua. Estoy usando el morfema flexivo masculino y no marcado para referirme a una realidad que incluye personas de los dos sexos.

Y ya está. Y no hay más problemas. Y si la próxima vez tu vecino te comenta que eres muy poco feminista porque usas siempre el masculino (no marcado) para referirte a un grupo mixto de personas, tienes dos opciones: a. mandarlo a freír espárragos (if you don´t speak Spanish, this means: «to ignore him» and he can go to fry asparagus) o b. explicarle lo mismo que te he dicho en esta publicación. Pero si ves que vas a perder el tiempo, por favor, opta por la primera opción. Su capacidad de comprensión te lo agradecerá (de lo contrario sufrirá un cortocircuito) y tú también lo agradecerás.

Te recomiendo que te quedes a la siguiente publicación, pues nunca sabes con qué te sorprenderé. ¡Por cierto! Que si te gusta, puedes compartir, dar a «me gusta» o bueno, simplemente pasar un buen rato (espero) y ya está.

Por cierto, si alguien se ha ofendido, ¿sabéis qué? Le mando un afectuoso saludo. 🙂 .

¡Os veo pronto!

Letras en Español – Ms. Riesco (C)

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